Bioplásticos: una solución en riesgo de convertirse en problema
Los bioplásticos pueden fragmentarse en microbioplásticos dañinos si no se degradan completamente, generando un nuevo desafío ambiental que necesita atención.
Los bioplásticos, una alternativa ecológica a los plásticos convencionales, han ganado popularidad por su origen renovable y su capacidad de biodegradación. Sin embargo, recientes investigaciones han revelado un problema inesperado: cuando estos materiales no se degradan completamente, pueden transformarse en microbioplásticos, partículas diminutas que pueden causar daños ambientales similares a los de los plásticos tradicionales.
La clasificación de bioplásticos puede ser confusa. Existen cuatro tipos principales: biobasados y biodegradables, como el ácido poliláctico (PLA); biobasados pero no biodegradables, como el poliestireno verde; biodegradables derivados de fuentes petroquímicas, como la policaprolactona (PCL); y los plásticos convencionales, que no son ni biobasados ni biodegradables. La confusión surge del prefijo “bio”, que no garantiza necesariamente biodegradación.
Estudios demuestran cómo los bioplásticos, al fragmentarse, pueden generar partículas menores a cinco milímetros, invisibles a simple vista, los especialistas resaltan que no se puede asegurar que estos sean menos perjudiciales que los microplásticos de plásticos no biodegradables. Aunque los bioplásticos representan menos del 1% del mercado comparado con los plásticos convencionales, su creciente presencia plantea un nuevo desafío ambiental que debe ser abordado.
La biodegradación incompleta de bioplásticos, debido a procesos inadecuados o condiciones subóptimas, contribuye a la formación de microbioplásticos. Aunque en condiciones ideales de compostaje o digestión anaeróbica estos materiales pueden descomponerse eficazmente, en la práctica, especialmente en vertederos o ambientes marinos, la degradación es mucho menos eficiente. Esto da lugar a fragmentos que persisten en el medio ambiente y pueden convertirse en contaminantes dañinos.
Para mitigar estos problemas se subraya la necesidad de mejorar la gestión de residuos de bioplásticos y fomentar políticas públicas adecuadas. También enfatiza la importancia de impulsar la investigación para optimizar los procesos de biodegradación y reciclaje. A medida que los bioplásticos se vuelvan más comunes, es crucial garantizar que su manejo sea adecuado para evitar que se conviertan en un problema ambiental adicional.