Descubren que el desarrollo urbano incrementa las precipitaciones en las ciudades
Investigadores hallan que las ciudades con alta densidad poblacional y edificaciones elevadas experimentan más lluvias que sus alrededores rurales debido al efecto isla de calor.
Un nuevo estudio realizado por investigadores de Estados Unidos ha revelado que la urbanización no solo incrementa las temperaturas en las ciudades, sino que también afecta significativamente los patrones de precipitación. Conocido como el “efecto isla de calor urbano”, este fenómeno provoca que las áreas urbanas experimenten más lluvias que las zonas rurales aledañas. El estudio, publicado en la revista PNAS, destaca que en más del 60% de las ciudades analizadas, las precipitaciones son superiores a las de sus alrededores rurales.
La investigación, llevada a cabo por la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Georgia, examinó datos de precipitaciones en 1,056 ciudades alrededor del mundo entre 2001 y 2020. Los hallazgos muestran que, por ejemplo, Houston recibe casi 25.5 milímetros adicionales de lluvia anualmente en comparación con las zonas rurales cercanas. Este patrón también se observa en otras grandes ciudades como Miami, Ciudad de México y São Paulo.
El estudio revela que la concentración de edificios y la población densa en áreas urbanas juega un papel crucial en este fenómeno. Los edificios altos ralentizan los vientos y facilitan la acumulación de aire húmedo, lo que a su vez aumenta la formación de nubes y las precipitaciones. La investigación destaca que el aumento de la población en las ciudades contribuye en gran medida a este efecto, intensificando el calor urbano y, por lo tanto, las lluvias.
Entre las ciudades que experimentan una reducción en las precipitaciones en comparación con sus áreas rurales están Seattle, Lima y Río de Janeiro. Estas anomalías se deben a la topografía local, como valles o montañas cercanas, que influyen en los patrones de lluvia. En contraste, las urbes más grandes y densas tienden a tener un efecto más pronunciado en la distribución de las precipitaciones.
La importancia de estos hallazgos radica en la necesidad de adaptar las infraestructuras urbanas para enfrentar el riesgo aumentado de inundaciones repentinas. Con el cambio climático y el crecimiento urbano continuos, los científicos subrayan la urgencia de desarrollar estrategias innovadoras para mitigar los impactos de las lluvias intensificadas en las ciudades. Este estudio, apoyado por la NASA, ofrece un nuevo enfoque para comprender cómo la urbanización influye en el clima y la gestión de desastres naturales en las áreas metropolitanas.