El árbol banyan está siendo devastado por incendios forestales
La supervivencia del emblemático árbol de Lahaina pende de un hilo
La ancestral Front Street de Lahaina guarda un testimonio de generaciones pasadas: el majestuoso árbol banyan, que durante mucho tiempo ha sido punto de encuentro bajo sus amplias ramas que brindaban sombra frente al ardiente sol hawaiano.
La leyenda sostiene que este árbol, cuyas ramificaciones se expanden con esplendor, era el corazón latente de la comunidad costera, alzándose a más de 60 pies (18 metros) y sostenido por múltiples troncos que abarcaban casi un acre.
Sin embargo, hoy la supervivencia de esta emblemática entidad, al igual que la misma ciudad, pende de un hilo debido a los incendios forestales en Maui.
Por 150 años, este colosal banyan fue testigo de eventos comunitarios y acogió ferias de arte, brindando refugio tanto a los habitantes locales como a los turistas que buscaban resguardo del inclemente sol hawaiano. En 1873, fue plantado como un presente procedente de la India, en conmemoración al 50 aniversario de la primera misión protestante en Lahaina.
La magnificencia del árbol y su intrincada red de troncos es resultado de su peculiar forma de crecimiento. Las raíces cuelgan libremente de sus ramas, para finalmente establecer un vínculo con el suelo. Sus ramas se extienden generosamente, ofreciendo lugares de reposo a coros de aves myna.
La pérdida de vidas y la devastación comunitaria que dejó el último incendio, ocurrido el pasado martes, han sido las principales preocupaciones del país. No obstante, el árbol ahora emerge como un emblema no solo de la destrucción, sino también de la posible resiliencia de la comunidad, si es que logra sobrevivir.