El cambio climático amplifica la crisis del dengue en Latinoamérica

El año 2024 ha sido testigo de un aumento alarmante en los casos de dengue en América Latina, alcanzando cifras récord. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se han registrado más de 12 millones de casos y 7.700 muertes, el número más alto desde que comenzaron los registros en 1980.

Este fenómeno ha afectado principalmente a países como Brasil, Argentina, México y Colombia, que concentra la mayor parte de las infecciones. Lo que preocupa aún más es el impacto en los niños, especialmente en Guatemala, donde el 70% de las muertes son de menores de 15 años.

El aumento de los casos de dengue se asocia a una combinación de factores climáticos y sociales. La OPS destaca el papel crucial del cambio climático en la propagación del virus. Las altas temperaturas, las lluvias intensas y las sequías crean condiciones propicias para la proliferación del mosquito Aedes aegypti, el principal vector del virus. Estas alteraciones climáticas permiten que los mosquitos encuentren nuevos criaderos, incluso en zonas que antes no registraban brotes de dengue, como algunas regiones de Estados Unidos y Uruguay.

Además de los factores climáticos, la OPS señala la importancia de la urbanización no planificada y el crecimiento poblacional como elementos que agravan la situación. Los mosquitos depositan sus huevos en recipientes con agua estancada, y estos pueden sobrevivir durante meses. Por ello, las estrategias de control deben ser multifacéticas, no solo enfocándose en el control de vectores, sino también en la prevención a nivel comunitario.

Para enfrentar este brote histórico, la OPS ha implementado una Estrategia de Gestión Integrada para la Prevención y Control de Enfermedades Arbovirales. Esta estrategia incluye medidas como la vigilancia intensiva de vectores, la capacitación médica y el trabajo comunitario. Sin embargo, las vacunas existentes no son suficientes para detener la propagación del virus en el corto plazo, lo que complica aún más la respuesta.

A pesar de los retos, la OPS mantiene esperanza en la cooperación regional y en la lección aprendida durante la crisis. Según el director de la OPS, se debe aprovechar la experiencia adquirida en el manejo de otras enfermedades para reducir la mortalidad y la propagación del dengue en el futuro. Con la temporada alta de transmisión a la vuelta de la esquina, se requiere una respuesta rápida y coordinada para contener el brote y prevenir nuevas tragedias.