Innovación sostenible: tazas comestibles buscan remplazar a los desechables
Aún se pone en duda la durabilidad y el costo de producción de estas tazas para considerarlas realmente ecológicas.
En busca de una solución ecológica al torrente de vasos desechables que inundan el entorno tras consumir bebidas calientes, la firma Areas se encuentra inmersa en una fase piloto de pruebas, presentando tazas comestibles elaboradas a partir de una base de galleta.
El startup responsable de esta novedad, denominada Cupffee, ha afirmado que su diseño está concebido para mantener una textura crujiente durante unos 40 minutos, demostrando resistencia incluso en contacto con líquidos calientes como el café. La masa de galleta está confeccionada empleando ingredientes naturales, garantizando ser completamente vegana, libre de transgénicos,
El desafío crucial planteado por estas tazas radica en su durabilidad que, aunque presentan un lapso de caducidad, no se detallan con exactitud los meses de vida útil. Áreas ha manifestado que, en condiciones adecuadas de almacenamiento, estas tazas pueden permanecer intactas durante varios meses.
Sin embargo, la experta en economía circular, Elvira Jiménez, subraya que la gestión de los residuos es la clave para valorar el impacto alimentario. Si los restos son direccionados a una instalación de compostaje que recupere los elementos biodegradables, la propuesta podría ser sostenible desde la perspectiva degradativa. La preocupación surge al considerar el destino final de estos recipientes comestibles, pues si terminan en vertederos, el propósito ecológico queda en entredicho.
En un escenario donde la alternativa al plástico se presenta en forma de tazas comestibles, la cuestión sobre el precio y la viabilidad económica surge. Areas admiten que la producción de estas tazas es más costosa que la de los envases plásticos convencionales, y se debate si el aumento de costo repercutirá en el consumidor o si la empresa absorberá la diferencia. A pesar de las dudas y críticas, la propuesta de las tazas comestibles plantea un desafío significativo en la lucha contra el desperdicio de plástico y la promoción de prácticas más conscientes desde el punto de vista ambiental.