Árbol natural o artificial, un dilema ecológico en Navidad

Una de las decisiones más importantes en Navidad es elegir un árbol, ya sea natural o artificial. Aunque en América Latina se acostumbra a preferir el artificial, no es igual en todo el mundo. ¿Pero cuál es la elección más sustentable y beneficiosa para el planeta?

Al analizar la preferencia en México, la Statista Global Consumer Survey 2022 revela que un considerable 62% de los mexicanos elegirá un árbol artificial, mientras que solo el 28% se inclinará por la frescura de un pino natural. Contrastando estas cifras, el 43% de los alemanes optará por la opción natural.

La disputa entre árboles naturales y artificiales se intensifica al calcular su huella de carbono. Según los cálculos del British Carbon Trust, un árbol natural puede dejar una huella de carbono estimada de 3.5 kilogramos de CO2 si se destina a carpintería o se quema como leña. No obstante, si termina en un vertedero, esta cifra se eleva a 16 kilogramos de CO2 liberados en la atmósfera. En comparación, la huella de carbono de un árbol artificial es considerablemente mayor, alcanzando los 40 kilogramos de CO2.

La sustentabilidad del árbol artificial radica en su duración. Utilizarlo durante al menos 12 años podría reducir su impacto, en comparación con la opción de un árbol natural cada año durante el mismo período. Aunque algunas empresas incentivan la devolución de árboles naturales para ser replantados, es crucial considerar los costos ambientales adicionales asociados al árbol artificial, como el embalaje de plástico y el transporte desde países como China.

Sin embargo, la elección no es tan sencilla. La huella de carbono no lo es todo, ya que los desechos de árboles naturales pueden tratarse de manera especial, como compostaje o biomasa, generando menos CO2 en su reciclaje en comparación con los de plástico. Además, comprar un árbol natural no garantiza el cuidado del medio ambiente, ya que algunos vendedores podrían extraerlos ilegalmente de áreas protegidas.

En última instancia, una alternativa atractiva es tener un árbol en maceta, permitiendo su traslado a un jardín posteriormente. Este enfoque fusiona lo estético con lo sustentable, ofreciendo una opción equilibrada para quienes buscan celebrar la temporada navideña de manera consciente con el medio ambiente.