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Planeta en Verde
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Cómo afecta al medio ambiente la contaminación lumínica en Navidad

Las luces navideñas, aun cuando son LED y de menor consumo energético, generan toneladas de CO2 en su producción y contaminan el planeta.

Cómo afecta al medio ambiente la contaminación lumínica en Navidad
Cómo afecta al medio ambiente la contaminación lumínica en Navidad

Las calles en estas fechas se iluminan con las luces festivas que anuncian la llegada de la Navidad. Este despliegue temprano de iluminación, aún con las modernas luces LED, plantean nuevos desafíos ambientales. La relación entre las luces navideñas y la contaminación se teje con el hilo de la emisión de CO2, la contaminación lumínica y el impacto en la biodiversidad.

La contaminación lumínica, que abarca más allá de las festividades, atrae insectos a las áreas urbanas y afecta a la fauna, desde murciélagos hasta plagas vegetales. Asimismo, la expansión temporal de las celebraciones navideñas contribuye al crecimiento anual del 2.2% en la contaminación lumínica, según un estudio publicado en Science Advance.

La variabilidad de las fuentes de energía utilizadas para la electricidad plantea un desafío adicional, ya que no siempre proviene de fuentes limpias. A pesar de los intentos de algunas ciudades de minimizar el impacto, la medición exacta del aumento del consumo eléctrico durante las festividades resulta difícil.

La tecnología LED también ha alterado la estética de las luces navideñas, reemplazando el tono cálido de las bombillas anaranjadas por una luz blanca. Sin embargo, esta elección estética tiene consecuencias: la luz blanca, compuesta por todos los colores del arco iris, dispersa más y afecta negativamente a la salud humana y la biodiversidad, en comparación con la luz anaranjada tradicional.

A pesar de estos desafíos, algunas ciudades ya exploran alternativas más sostenibles. En el centro de Londres, la decoración física reemplaza la iluminación masiva, mientras que Manchester adopta una decoración navideña biodegradable y con materiales reciclados.

Aunque estas iniciativas son pasos positivos, el reconocimiento del impacto ambiental de las luces navideñas sigue siendo limitado, ya que la festividad parece deslizarse hacia un espectáculo consumista.