Día Mundial del Medio Ambiente 2024: un compromiso con el planeta

Cada 5 de junio, el mundo se une en una jornada de reflexión y acción en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente. En 2024, el evento, promovido por la ONU, pone el foco en la restauración de tierras, la lucha contra la desertificación y el fortalecimiento de la resiliencia ante la sequía. Estas temáticas son esenciales para asegurar un futuro sostenible y la supervivencia de millones de personas.

La degradación del suelo, provocada por la deforestación, el sobrepastoreo y la agricultura insostenible, afecta al 40% de las zonas terrestres y pone en riesgo a la mitad de la población mundial. Esta problemática reduce la productividad agrícola, elevando los precios de los alimentos y exacerbando la inseguridad alimentaria y la pobreza.

La desertificación, una forma severa de degradación de tierras en áreas áridas y semiáridas, afecta a más de dos terceras partes del territorio español. Para combatir este problema, el gobierno español lanzó en 2022 la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación, que incluye medidas hasta 2030 como la restauración de terrenos afectados y la creación de una ley de conservación de suelos.

Por su parte, la sequía, exacerbada por el cambio climático, ha aumentado en frecuencia e intensidad desde el año 2000. Actualmente, 2,300 millones de personas viven en condiciones de estrés hídrico y 160 millones de niños están expuestos a sequías severas. En Europa, las sequías han causado pérdidas económicas significativas, con España enfrentando la sequía más grave en dos siglos en Cataluña.

Ante ello, el sector del agua desempeña un papel crucial en la mitigación de la desertificación y la mejora de la resiliencia ante la sequía. La gestión integrada de recursos hídricos es fundamental para asegurar la disponibilidad de agua en periodos de sequía. La implementación de sistemas de monitorización en tiempo real permite decisiones más eficientes y una gestión óptima del agua.

El uso eficiente del agua en la agricultura es otra área clave. La adopción de técnicas de riego avanzadas, el control de regadíos ilegales y el cultivo de plantas más resistentes al estrés hídrico son medidas que ayudan a los agricultores a adaptarse a las condiciones cambiantes. Además, la reutilización de aguas residuales tratadas y la desalación son estrategias vitales para garantizar el suministro de agua en épocas de escasez.

La modernización de infraestructuras de suministro y tratamiento de agua, apoyada por la digitalización, asegura un abastecimiento continuo y de calidad. La restauración de humedales, que actúan como esponjas naturales, es esencial para mitigar los efectos de las sequías y preservar la biodiversidad.

El Día Mundial del Medio Ambiente 2024 nos recuerda la urgencia de restaurar las tierras degradadas y fortalecer la resiliencia ante la sequía. Este compromiso no solo es vital para la supervivencia de millones de personas, sino también para la salud del planeta. La gestión eficiente del agua y la restauración de ecosistemas acuáticos son fundamentales para lograr estos objetivos. La responsabilidad recae en cada uno de nosotros para adoptar prácticas sostenibles y trabajar juntos por un futuro más verde y resistente.