El desafío del bambú que florece una vez cada siglo
Científicos han descubierto que una especie de bambú, que florece cada 120 años, no suele producir semillas viables, lo que genera preocupaciones sobre su futuro.
En el mundo natural, un enigma botánico ha captado la atención de los científicos: el fenómeno del Phyllostachys nigra var henonis, un tipo de bambú de larga vida que florece solo una vez cada 120 años antes de extinguirse. Sin embargo, el misterio se profundiza, ya que la mayoría de las flores de esta especie no producen semillas viables, planteando serias preocupaciones sobre su supervivencia a largo plazo.
Esto plantea serias implicaciones, ya que un campo de bambú que antes era densamente poblado, utilizado como fuente de alimento y material para artesanías, podría convertirse en un pastizal durante varios años antes de que la regeneración del bambú pueda comenzar de alguna manera. Esto, a su vez, podría afectar la ecología local y la economía del país.
Ante esta situación, los investigadores han aprovechado la oportunidad que brinda la floración temprana de algunos ejemplares para profundizar en el conocimiento de la ecología de la regeneración, ya que no existen datos registrados desde la última floración en 1908. Más del 80% de los cultivos muestreados florecieron, pero no todos produjeron semillas viables, lo que sugiere que esta variedad de bambú no experimenta una regeneración sexual confiable a través de la germinación de semillas.
En Japón, alrededor de 0,17 millones de hectáreas están ocupadas por tres especies de bambú, incluyendo esta. Dado que la variedad no produce semillas viables, es probable que después de la próxima floración, se crean vastas áreas de pastizales, lo que alteraría la ecología del área y reduciría la disponibilidad de bambú como recurso, impactando incluso en la erosión del suelo.
El bambú, con sus rizomas fuertes y extendidos, juega un papel fundamental en la fijación del suelo y la prevención de la erosión. La pérdida repentina de una gran superficie de esta planta podría provocar cambios significativos en la topografía del área.
Medidas como la aplicación de fertilizantes o la replantación de las mismas especies de bambú que no florecen podrían ser necesarias para proteger el hábitat ecológico durante el tiempo que lleva la regeneración de los rodales de bambú.