¡Temperaturas históricas!
El planeta se enfrenta a un récord tras otro
El informe preliminar de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) revela que la semana del 1 al 7 de julio ha sido la más calurosa jamás registrada en todo el mundo. Esta semana tan caliente sucede después de un mes de junio que también se ha coronado como el más caluroso de la historia.
Los registros más recientes se han establecido en el sur de Asia durante los meses de abril y mayo de 2023, cuando una ola de calor excepcional azotó la región. Se han roto varios récords nacionales, como los alcanzados en Tailandia (45,4 °C), Vietnam (44,2 °C) y Laos (43,5 °C). En estas zonas tropicales, donde la humedad del aire es especialmente elevada, las temperaturas pueden superar los 50 °C.
En otros lugares del mundo, Australia y Uruguay igualaron sus récords nacionales el año pasado, con 50,7 °C en Onslow y 44,0 °C en Florida, respectivamente. Además, en julio de 2022, el Reino Unido experimentó por primera vez temperaturas superiores a los 40 °C.
Durante el verano de 2021, Canadá, Turquía, España e Italia marcaron las temperaturas más altas en sus registros históricos. La marca italiana de 48,8 °C en Siracusa podría incluso convertirse en la temperatura más alta jamás medida en Europa, aunque la confirmación por parte de la OMM puede llevar varios años.
En la Antártida, el récord data de 2020, cuando se alcanzaron temperaturas superiores a los 18 °C en la base Esperanza durante el verano austral. En 2017, Pakistán (53,7 °C) y Kuwait (53,9 °C) registraron la tercera y cuarta temperatura más alta, respectivamente, validadas por la OMM (ambos registros son asiáticos). El récord mundial sigue siendo oficialmente atribuido a Furnace Creek, en el desierto californiano, donde se alcanzaron los 56,7 °C en 1913.
Como vemos, los registros de temperaturas extremas se rompen en diferentes partes del mundo, lo que demuestra el impacto del cambio climático en nuestro planeta. Al respecto, es fundamental tomar medidas urgentes y efectivas para combatir este fenómeno y reducir sus consecuencias devastadoras. El futuro de las generaciones venideras depende de nuestra capacidad para actuar ahora.