¿Son realmente sostenibles las “carnes vegetales”?
Las carnes vegetales aseguran disminuir el costo ambiental de la carne animal, sin embargo los costos de producción que conllevan son un punto en contra.
En un escenario donde la preocupación por el medio ambiente se entrelaza con las elecciones gastronómicas, las carnes vegetales se venden como una opción sustentable. Estas alternativas buscan conquistar a los consumidores tradicionales de carne, prometiendo replicar el placer carnívoro sin el costo ambiental asociado a la ganadería, sin embargo el costo de producción es más alto, lo que implica un problema.
La industria cárnica actual ha sido señalada como un importante contribuyente al cambio climático, con la ganadería responsable de aproximadamente el 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Además, las proyecciones de las Naciones Unidas indican un aumento del 15% en la demanda mundial de carne para 2031, lo que podría intensificar la deforestación y las emisiones asociadas.
En este contexto, las carnes vegetales surgen como una opción que podría permitir a los carnívoros reducir su impacto ambiental sin renunciar al placer de la carne. Aunque la producción de carnes vegetales implica un procesamiento considerable, estudios de análisis del ciclo de vida sugieren que estas alternativas presentan ventajas medioambientales significativas en comparación con la carne convencional.
Informes independientes indican que las hamburguesas vegetales emiten solo el 11% de gases de efecto invernadero en comparación con su contraparte de carne de res. Sin embargo, la falta de transparencia en los detalles de producción plantea desafíos para la verificación independiente de estas afirmaciones.
A pesar de sus ventajas ambientales, las carnes vegetales enfrentan obstáculos. El costo, actualmente un 43% más alto que la carne convencional, limita su penetración en el mercado. Además, la imitación de cortes de carne más complejos, como filetes, sigue siendo un desafío técnico. Algunos críticos también advierten que el cambio hacia carnes vegetales no aborda completamente los problemas sistémicos de la agricultura industrial y sugieren que reducir el consumo de carne en general es una opción más sostenible.
En última instancia, las carnes vegetales emergen como una opción atractiva para aquellos que buscan reducir su huella de carbono sin renunciar a la experiencia carnívora. Aunque no son la solución única, podrían desempeñar un papel crucial en la transición hacia dietas más sostenibles en un mundo cada vez más consciente del medio ambiente.