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Planeta en Verde
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La extinción de plantas avanza 500 veces más rápido de lo esperado

La extinción de plantas ocurre a una velocidad alarmante. Protegerlas es esencial para mantener la biodiversidad y evitar el colapso de los ecosistemas.

La extinción de plantas avanza 500 veces más rápido de lo esperado
La extinción de plantas avanza 500 veces más rápido de lo esperado

La pérdida de biodiversidad no solo afecta a los animales en peligro de extinción, sino también a las plantas, cuya desaparición impacta directamente en el equilibrio de los ecosistemas. A pesar de ser esenciales para la vida en la Tierra, la flora enfrenta amenazas constantes que podrían desencadenar una crisis ambiental.

Según el Real Jardín Botánico de Kew (RBG) , cerca del 40% de las especies vegetales del mundo están en peligro de extinción . Este fenómeno tiene implicaciones graves, pues la desaparición de la flora impacta directamente en los ecosistemas, la seguridad alimentaria y el equilibrio climático global.

Cuando una planta desaparece, su ausencia puede provocar un efecto dominó en el ecosistema. Los animales herbívoros, cuya dieta depende de las plantas, pierden su sustento, lo que podría conducir a la extinción de especies animales y, en casos extremos, al colapso de biotopos completos. 

 

 

Principales factores detrás de la extinción de las plantas 

Un informe de la revista Nature, Ecology & Evolution revela que en los últimos 250 años han desaparecido cerca de 600 especies de plantas , una cifra que pone de manifiesto la velocidad con la que avanza esta problemática. De hecho, los estudios sugieren que la extinción de plantas está ocurriendo 500 veces más rápido que la tasa natural.

Entre las principales causas de la extinción de plantas se encuentran:

  • Deforestación: la tala indiscriminada de bosques elimina hábitats esenciales para las especies vegetales.
  • Emisiones globales: el cambio climático está alterando los patrones climáticos, afectando la supervivencia de muchas plantas.
  • Nuevos patógenos: enfermedades emergentes están diezmando especies nativas.
  • Comercio ilegal: la extracción de plantas para fines comerciales impacta directamente en su supervivencia.
  • Especies no nativas: la introducción de flora exótica compite con las especies autóctonas, desplazándolas.

Especies más amenazadas

Especies emblemáticas como las orquídeas tropicales, los cactus en América Latina y árboles como el ébano y el palo de rosa enfrentan graves riesgos debido a la deforestación, el cambio climático y la explotación desmedida de recursos naturales. El aceite de palma y la tala descontrolada son algunos de los factores que más contribuyen a esta crisis. 

¿Qué podemos hacer?

Proteger las plantas en peligro de extinción requiere un esfuerzo colectivo. Aquí algunos consejos prácticos:

  1. Crear áreas protegidas
    Los parques naturales, reservas y santuarios ecológicos son esenciales para garantizar la supervivencia de la flora. Estas áreas permiten que las plantas crezcan en su entorno natural sin la amenaza de actividades humanas destructivas. Sin embargo, no basta con establecer estas zonas; es indispensable que las comunidades cercanas se involucren en su protección, y que se fortalezcan las leyes para sancionar actividades ilegales como la tala o la extracción de plantas nativas. 
  2. Consumir productos ecológicos
    Optar por alimentos cultivados sin pesticidas ni fertilizantes químicos no solo beneficia la salud humana, sino que también protege los ecosistemas agrícolas y forestales cercanos. Los agroquímicos, al filtrarse en el suelo y el agua, afectan la biodiversidad vegetal, incluyendo a especies nativas.
  3. Reducir el consumo de carne
    El sector ganadero es responsable de la deforestación masiva en muchas partes del mundo, ya que grandes extensiones de bosque se convierten en pastizales o terrenos agrícolas para producir alimentos para el ganado. Esto desplaza a especies de plantas nativas y degrada el suelo. 
  4. Evitar el aceite de palma
    Este producto está vinculado a la tala indiscriminada de selvas tropicales, especialmente en Asia y América Latina, donde muchas plantas están siendo arrasadas para establecer plantaciones. Sustituirlo por aceites más sostenibles o productos que no lo contengan contribuye a frenar la deforestación. 
  5. Cultivar plantas en la ciudad
    El urbanismo no tiene por qué ser enemigo de la biodiversidad. Cultivar plantas nativas o en peligro en jardines, azoteas y espacios públicos puede ayudar a preservarlas, especialmente en áreas donde sus hábitats originales han sido destruidos. No obstante, esto requiere conocimiento previo sobre las condiciones específicas que estas especies necesitan, como el tipo de suelo, la cantidad de agua y el acceso a luz solar. 

Además de estas acciones, es importante recordar prácticas básicas como evitar tirar residuos en áreas naturales, no encender fuegos y educar a otros sobre la importancia de proteger nuestra flora. Cada pequeño esfuerzo cuenta en la lucha por preservar el planeta para las generaciones futuras.