Juegos Olímpicos más verdes: París 2024 y el desafío de la sostenibilidad
Reduciendo la huella de carbono de una celebración global
La reciente edición de los Juegos Olímpicos en Tokio 2020 generó una preocupación global sobre el impacto ambiental de eventos de esta magnitud. Con 2,3 millones de toneladas de CO2 liberadas, equivalentes a las emisiones anuales de medio millón de automóviles, la interrogante sobre la responsabilidad social y ambiental (RSE) en futuras competiciones como París 2024 se ha vuelto imperativa.
Desde los "Juegos Verdes" de Noruega 1994 hasta la próxima entrega en París, la RSE ha sido un tema central en la organización olímpica. Sin embargo, ¿son suficientes las medidas implementadas para contrarrestar el impacto del cambio climático en los recursos hídricos del mundo?
La magnitud de la contaminación generada por eventos como los Juegos Olímpicos es innegable. Desde el consumo masivo de energía y agua hasta la producción de desechos y la movilización de miles de personas, cada aspecto de la competencia tiene implicaciones ambientales significativas.
La edición de París 2024 se comprometió a reducir su huella de carbono a la mitad en comparación con Londres 2012, mediante la adopción de medidas basadas en la economía circular. Desde el diseño ecológico de instalaciones hasta la reutilización y reciclaje de materiales, la planificación de los Juegos se centra en minimizar el uso de recursos y maximizar su vida útil.
La adopción de prácticas sostenibles, como la compra responsable, el alquiler de equipos y la reutilización de infraestructura, son pasos importantes hacia unos Juegos más ecológicos. Sin embargo, expertos como Lindsay Otis Nilles de Carbon Market Watch advierten que los eventos de esta envergadura continúan generando una cantidad considerable de gases de efecto invernadero, lo que plantea la necesidad de medidas adicionales para mitigar su impacto climático.
El estudio publicado por Nature sugiere que la verdadera sostenibilidad de los Juegos Olímpicos requiere reducir la escala de los eventos, rotar su ubicación entre las mismas ciudades y aplicar estándares independientes de sostenibilidad.
En resumen, París 2024 ha dado pasos significativos hacia unos Juegos más sostenibles, pero aún queda trabajo por hacer. La búsqueda de verdaderos "Juegos Verdes" implica un compromiso continuo con la innovación y la responsabilidad ambiental, no solo en la organización de eventos deportivos, sino en todas nuestras actividades cotidianas.