Los desechos sin tratamiento amenazan el futuro ambiental
Anualmente se producen en el mundo 2,010 millones de toneladas de desechos y una tercera parte carece de tratamientos adecuados.
Un informe reciente del Banco Mundial revela que anualmente se generan 2,010 millones de toneladas de desechos en el mundo, de los cuales, al menos un 33% carece de tratamiento adecuado. Este problema alarmante se vislumbra como una creciente amenaza, ya que se proyecta un aumento del 70% para el 2050.
En América Latina, uno de los principales obstáculos para lograr una economía circular es la falta de formalización en la cadena de reciclaje. La carencia de regulaciones estrictas sobre los vertederos de basura propicia que muchos desechos no sean tratados adecuadamente, convirtiéndose en una problemática ecológica.
En respuesta a esta crisis, Recicla Latam, una organización sin fines de lucro, emerge como un faro de concienciación y acción en Latinoamérica. Su misión se centra “la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de los residuos dándoles una nueva vida para convertirlos en nuevos productos”, explica Fiorella Danjoy, directora ejecutiva de la organización.
En países como Perú, las cifras de alarma del Ministerio del Ambiente revelan que hasta el 2022 se generaron más de 23,000 toneladas de residuos sólidos al día. A pesar de que el 78% podría reutilizarse, el 40% de estos desechos terminan contaminando ríos, lagos o en vertederos ilegales, exacerbando la crisis medioambiental.
Ante este panorama, Recicla Latam aboga por la acción concreta. Desde 2018, han educado a más de 120 mil personas en reciclaje, instalaron 1,700 estaciones de reciclaje en diversos espacios y recuperaron más de 4,600 toneladas de residuos aprovechables. Este esfuerzo, respaldado por municipalidades, no solo impacta positivamente en el medio ambiente sino que también beneficia las condiciones socioeconómicas de millas de personas que dependen del reciclaje.
Fiorella Danjoy concluye destacando la importancia de la colaboración público-privada para facilitar la cadena de reciclaje. Aunque los recicladores cumplen un papel crucial, el verdadero cambio debe comenzar con el consumidor. Con conciencia y acción conjunta, se puede tejer un futuro más sostenible para nuestro planeta.
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