Los festivales en vivo y su impacto en el medioambiente

La preocupación por la huella de carbono se ha vuelto un tema central en la industria de la música y el espectáculo. Por ello, en un esfuerzo creciente por disminuir su impacto ambiental, festivales musicales y grandes figuras del entretenimiento han implementado diversas iniciativas ecológicas.

El monumental concierto de Madonna en Río el 4 de mayo, que atrajo a 1.6 millones de espectadores, requirió el uso de tres aviones, 270 toneladas de equipo y un escenario de 800 m², reflejando un enfoque logístico que parece ser cosa del pasado.

Por otro lado, artistas como Coldplay, durante sus primeros dos años de su reciente gira mundial, logró reducir en un 59% sus emisiones de CO2 en comparación con su gira anterior de 2016-2017, según su productor. El grupo ha implementado medidas como la reducción de carga y la instalación de paneles que generan electricidad con el movimiento del público.

A pesar de estos esfuerzos, Coldplay sigue utilizando aviones para sus giras. En 2022, su asociación con el gigante petrolero finlandés Neste para utilizar biocombustibles sostenibles fue criticada por Transport and Environment, un grupo de presión ecologista, que los acusó de hacer "greenwashing". Por otro lado, Clean Scene calculó en 2019 que los 1,000 DJs más importantes del mundo realizaron 51,000 vuelos, generando 35,000 toneladas de emisiones de CO2.

Así mismo, en festivales como We Love Green en París, se han adoptado medidas innovadoras para reducir el impacto ambiental. Con 110,000 asistentes el mes pasado, artistas como la cantante de hip hop SZA viajaron "casi sin equipo", gracias a que el festival proporciona gran parte del equipo necesario y establece límites de consumo energético para las presentaciones. Además, el festival Bon Air en Marsella canceló la actuación del DJ I Hate Models debido a su planeado viaje en jet privado.

Los eventos ahora fomentan medios de transporte más ecológicos. We Love Green se asoció con la Federación Francesa de Ciclismo para organizar caravanas de bicicletas, logrando que el 14% de los espectadores llegaran en bicicleta, frente al 8% del año pasado. Sin embargo, los desafíos persisten, como lo demuestra el aumento en la llegada de jets privados durante la actuación de Taylor Swift en París en mayo.

Aunque se están tomando medidas significativas para reducir la huella de carbono en la industria de la música y el entretenimiento, la dependencia de tecnologías y métodos de transporte convencionales sigue siendo un desafío. La esperanza es que, con el tiempo, se desarrollen soluciones más sostenibles que permitan a las celebridades y a los eventos masivos operar de manera más amigable con el medio ambiente.