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Suecia enfrenta desafíos para reciclar textiles eficientemente

Suecia recolecta más ropa usada por norma de la UE, pero su infraestructura aún no permite reciclarla localmente y gran parte termina siendo exportada.

Suecia enfrenta desafíos para reciclar textiles eficientemente
Suecia enfrenta desafíos para reciclar textiles eficientemente

Desde que entró en vigor la nueva normativa de la Unión Europea que prohíbe desechar textiles junto con otros residuos, Suecia ha experimentado un aumento del 60 % en la recolección de ropa usada en comparación con el año anterior. Esta medida busca fomentar un modelo de economía circular en el manejo de residuos textiles, obligando a su reciclaje separado. Sin embargo, la falta de infraestructura adecuada en el país nórdico ha dificultado su implementación efectiva.

Según autoridades locales, Suecia carece de plantas de clasificación con la capacidad necesaria para procesar los textiles recolectados. Como resultado, gran parte de la ropa usada se envía a países como Lituania, donde es clasificada para su reutilización o, en algunos casos, incinerada para generar energía. Esta situación plantea dudas sobre la sostenibilidad real del proceso y evidencia la necesidad urgente de inversión en instalaciones locales.

 

 

El impacto ambiental de la industria textil es considerable. Expertos señalan que la producción de una simple camiseta requiere grandes cantidades de agua y productos químicos, además de generar emisiones significativas de gases de efecto invernadero. Alargar la vida útil de las prendas, duplicando su número de usos, podría reducir hasta en un 50 % su huella climática.

Por otro lado, se espera que las grandes marcas de moda rápida, como H&M y Zara, asuman un rol más activo en la gestión de residuos. Un acuerdo preliminar en la UE propone que estas empresas financien el ciclo completo de recolección, clasificación, reciclaje y reutilización de los textiles que comercializan. También se promueve la adopción de nuevos hábitos de consumo, como limitar la compra de ropa nueva y participar en intercambios de prendas.

A pesar de los obstáculos, la normativa representa un avance significativo hacia una mayor sostenibilidad en el sector textil. Si bien algunas regiones de Suecia aún recurren a la incineración por falta de alternativas, el país trabaja para mejorar su infraestructura y reducir su dependencia de la exportación. El compromiso de empresas y consumidores será clave para consolidar una transformación duradera en la forma de producir, consumir y desechar la ropa.