Mujeres indígenas lideran la conservación de felinos en los Andes
Un grupo de mujeres indígenas en los Andes peruanos lidera un proyecto para proteger felinos en peligro, reducir los conflictos con la fauna y generar ingresos para su comunidad.
En los Andes peruanos, la deforestación de los bosques nativos está provocando una crisis ecológica que afecta tanto a la fauna local como a las comunidades indígenas. Un grupo de mujeres quechuas ha tomado la iniciativa de proteger a los felinos en peligro, creando un proyecto de conservación que busca reducir los conflictos entre los animales y los humanos, particularmente en el pueblo de Licapa.
El proyecto, liderado por la bióloga Merinia Mendoza y financiado por la Small Wild Cat Conservation Foundation, ha logrado involucrar a más de 30 mujeres locales en actividades de conservación. Estas mujeres realizan reuniones mensuales para aprender sobre el papel de los felinos en el ecosistema y han implementado prácticas para proteger a sus animales domésticos de los ataques de los grandes felinos como el puma y el gato andino, en peligro de extinción.
La deforestación de los bosques de queuña, reducidos a un mínimo porcentaje de su extensión original, ha empujado a especies como el puma y el gato andino a zonas cercanas a las comunidades, aumentando los ataques a los animales domésticos. Para mitigar este conflicto, las mujeres han reforzado sus corrales y plantado pastos resistentes en las cercanías del pueblo, lo que ha disminuido la necesidad de pastorear en las montañas, reduciendo los enfrentamientos con los felinos.
Gracias a este proyecto, los ataques de pumas han disminuido y la comunidad ha comenzado a valorar la conservación de los felinos salvajes. Además, el proyecto ha impulsado la creación de una cooperativa textil que utiliza lana de alpaca, brindando a las mujeres una fuente adicional de ingresos mediante la venta de tejidos de comercio justo que incluyen diseños inspirados en los felinos.
El esfuerzo de estas mujeres quechuas no solo está protegiendo a los felinos salvajes, sino que también ha fomentado una mayor cohesión social y económica en su comunidad. El proyecto sigue siendo un ejemplo inspirador de cómo la conservación y el empoderamiento de las mujeres pueden ir de la mano en la protección de la biodiversidad.