Impacto del cambio climático: el agua, un recurso vulnerable y vital para la humanidad
Desde inundaciones devastadoras hasta sequías desoladoras, el cambio climático redefine el panorama hídrico global y plantea desafíos urgentes.
El agua, más allá de ser vital para la supervivencia humana, el agua desempeña un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas. Sin embargo, este recurso esencial enfrenta desafíos sin precedentes debido al cambio climático, cuyos efectos se manifiestan de diversas maneras, desde la calidad hasta la disponibilidad, marcando un impacto cada vez más visible en los recursos hídricos del mundo.
Según advierte la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solo el 0.5% del agua en la Tierra es dulce, utilizable y está disponible para el consumo humano. Este suministro vital está siendo afectado y alterado por el cambio climático, un fenómeno que está transformando la forma en que interactuamos con este recurso esencial.
El cambio climático se manifiesta como una crisis del agua, como lo confirma un artículo de la ONU titulado "Agua y cambio climático". Sus efectos se hacen sentir a través de eventos climáticos extremos, tales como inundaciones devastadoras, el aumento del nivel del mar, la reducción de los campos de hielo, incendios forestales y sequías desoladoras.
Estos fenómenos meteorológicos extremos, exacerbados por el cambio climático, hacen que el agua sea más escasa, impredecible y contaminada. Amenazan el desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso de las personas al agua y al saneamiento, advierte la ONU.
Las inundaciones y el aumento del nivel del mar, derivados del calentamiento global, contaminan tierras y fuentes de agua dulce, comprometiendo los recursos hídricos de millones de personas en todo el mundo. Este escenario se vuelve aún más preocupante cuando se considera que, para 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones podría aumentar significativamente.
Además, la deforestación y la destrucción de la cubierta arbórea impactan directamente en la disponibilidad de agua al aumentar la erosión del suelo y reducir la recarga de aguas subterráneas.
El acceso al agua potable se ve gravemente afectado por los fenómenos meteorológicos extremos y los cambios en los patrones del ciclo del agua, especialmente para los niños y niñas más vulnerables. Según Unicef, en América Latina y el Caribe, millones de niños viven en zonas con alta o extremadamente alta vulnerabilidad al agua, lo que significa que no tienen suficiente para satisfacer sus necesidades básicas.
El cambio climático agrava aún más el estrés hídrico, generando mayor competencia por el agua e incluso conflictos. Las estimaciones de la ONU predicen que para 2040, casi uno de cada cuatro niños vivirá en zonas con estrés hídrico extremadamente alto.
En resumen, la aceleración del cambio climático y el crecimiento de la población son responsables de una situación alarmante. Abordar estos desafíos requiere acciones urgentes y coordinadas a nivel global. La protección y preservación de nuestros recursos hídricos son fundamentales para garantizar un futuro sostenible para las generaciones venideras.