Tres gigantes de la naturaleza que han sacudido al mundo

En medio de la conmoción generada por la reciente actividad del volcán Popocatépetl en México, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CNPD) ha mantenido una constante alerta. Esta situación resalta la importancia de comprender los riesgos que representan los volcanes más peligrosos del planeta. Descubre junto a nosotros tres de las amenazas naturales más sobresalientes, que han dejado una huella imborrable en la historia y en la conciencia humana.

1.    El desastre del Monte Tambora. hace 208 años, el Monte Tambora en Indonesia rugió con una furia despiadada, desencadenando la erupción volcánica más catastrófica de su tiempo. Con una puntuación de 7 sobre 8 en el Índice de Explosividad Volcánica, este volcán cobró entre 10,000 y 90,000 vidas, y desató consecuencias climáticas globales, incluida una densa neblina que se extendió desde Estados Unidos hasta China.

2.    Krakatoa: la erupción que desató un tsunami. En 1883, el volcán Krakatoa en Indonesia generó una serie de explosiones que desencadenaron un devastador tsunami. Las olas, alcanzando una altura de hasta 41 metros, barrieron ciudades y pueblos, dejando a su paso una estela de destrucción y cobrando la vida de 36,417 personas. Aunque la caldera original fue destruida, su "hijo", Anak Krakatoa, emergió posteriormente.

3.    Yellowstone: el supervolcán que amenaza la existencia humana. En el corazón del Parque Nacional de Yellowstone en los Estados Unidos yace un supervolcán latente. Con una caldera de 45 por 75 kilómetros, Yellowstone representa una amenaza potencialmente catastrófica. Estudios realizados por la NASA sugieren que una erupción de este coloso podría sumir al mundo en una catástrofe, llevando a la humanidad al borde de la extinción. Aunque las erupciones de supervolcanes son raras, la magnitud del riesgo subraya la necesidad de una vigilancia constante.

Estos relatos nos recuerdan la fragilidad de la existencia humana frente a las fuerzas de la naturaleza. En un mundo cada vez más interconectado, comprender y prepararse para estos eventos es crucial para garantizar la seguridad y el bienestar de las generaciones futuras.