El 12.7% de peces marinos se encuentran en peligro de extinción
Un nuevo estudio con inteligencia artificial ha revelado que el número de especies en peligro de extinción es 5 veces más grande de lo que se pensaba.
La biodiversidad global enfrenta una creciente amenaza, con un número alarmante de especies en riesgo de extinción. La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) sigue más de 150,000 especies, categorizadas según su nivel de amenaza, desde "en peligro crítico" hasta "vulnerable".
Un reciente estudio, publicado en la revista PLOS Biology, introduce un innovador enfoque para identificar especies en peligro utilizando inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático. Esta investigación sugiere que, aunque la UICN ha evaluado 163,000 especies en 2024, más de 21,000 carecen de datos suficientes para una evaluación precisa, y más de 1,8 millones aún no han sido revisadas. La IA promete ofrecer una solución rápida y económica para estas limitaciones.
La aplicación de la IA ha revelado que el 38% de las especies de peces marinos no tienen datos suficientes para una evaluación completa. Este método ha identificado un porcentaje significativamente mayor de especies en riesgo de extinción, estimando que el 12.7% de los peces teleósteos marinos están amenazados, en contraste con la anterior estimación de solo el 2.5%. Los investigadores han clasificado a una porción importante de estas especies como "amenazadas" o "en peligro", lo que sugiere una amenaza mucho mayor de lo previamente estimado.
Además, el estudio ha identificado áreas críticas, como el Mar de China Meridional y el Triángulo de Coral, como puntos calientes para especies en peligro no reconocidas anteriormente. Estas regiones, ricas en biodiversidad y endemismo, enfrentan un riesgo significativo, lo que destaca la necesidad urgente de una evaluación más detallada.
La integración de la inteligencia artificial en la evaluación de riesgos de extinción ofrece una herramienta valiosa para abordar la crisis de biodiversidad global. Aunque no sustituye las evaluaciones directas, esta metodología puede acelerar el proceso y dirigir los esfuerzos de conservación hacia las áreas y especies más críticas. Con estos avances, se abren nuevas oportunidades para proteger y preservar la biodiversidad de manera más efectiva.