El alto consumo energético es el gran desafío del futuro
Impulsado por el auge de la IA, el consumo energético está elevando la demanda en centros de datos y GPUs, intensificando la presión sobre los recursos y el medio ambiente.
La expansión de la inteligencia artificial (IA) ha intensificado la preocupación sobre el consumo energético asociado a los centros de datos y las unidades de procesamiento gráfico (GPUs). La implementación masiva de la IA, esencial en medicina, conducción autónoma y entretenimiento, ha generado una demanda energética significativa.
Los centros de datos, pilares de la infraestructura de IA, son responsables de procesar enormes volúmenes de datos y ejecutar algoritmos complejos. Las GPUs como la Nvidia H100, una de las más avanzadas en IA, tienen un consumo energético de aproximadamente 300 vatios, similar al de la Nvidia RTX 4090, diseñada para videojuegos de alta gama. Esta demanda se traduce en un aumento considerable del consumo energético, comparado con las consultas tradicionales en buscadores que requieren 0.3 vatios-hora de electricidad, frente a los 2.9 vatios-hora de una solicitud de ChatGPT.
Ejemplo de ello, es el último informe de Google, que arrojó que las emisiones de gases de efecto invernadero de la empresa aumentaron un 48% desde 2019 debido al consumo de energía de los centros de datos.
Aunque el impacto ambiental no se limita a la IA. Las plataformas de streaming, videojuegos y criptomonedas también presentan altos niveles de consumo energético. TikTok y YouTube, por ejemplo, requieren grandes cantidades de energía para almacenar y procesar miles de horas de video. Los videojuegos, con gráficos avanzados y funcionalidades en línea, dependen de GPUs de alta potencia. Las criptomonedas, particularmente el Bitcoin, han sido criticadas por su alto consumo energético, contribuyendo a un aumento del 70% en las emisiones de carbono en el sector tecnológico en los últimos años.
Para mitigar el impacto ambiental, es crucial desarrollar GPUs y centros de datos más eficientes en términos de energía y promover el uso de fuentes renovables. A futuro, la adopción de tecnologías verdes y la implementación de incentivos y sanciones para el cumplimiento de estándares de emisiones podrían ser claves para equilibrar los beneficios de la IA con su impacto ambiental.