El impacto del fracking, peligros para el medio ambiente y la salud
Muchos gobiernos aún permiten su expansión sin tener en cuenta las consecuencias para la salud de las comunidades locales y el medio ambiente
Es verdad que el fracking genera empleo, extracción de gas natural y petróleo, así como ganancias significativas, por lo que encuentra su defensa en las empresas y el respaldo de varios gobiernos. Sin embargo, a medida que esta práctica avanza, los riesgos para el entorno natural, la salud humana y la seguridad pública no dejan de aumentar.
Uno de los efectos colaterales más preocupantes del fracking es la contaminación del agua. Durante el proceso, se filtran cantidades considerables de gas metano y sustancias químicas tóxicas, contaminando las aguas subterráneas, que a menudo son la principal fuente de agua potable para las comunidades locales. Además, la gran cantidad de aguas residuales radiactivas y cancerígenas que se producen no es biodegradable, lo que agrava aún más la preocupación ambiental.
La escasez hídrica es otro resultado preocupante, ya que casi el 90% del agua utilizada en el fracking nunca regresa a su ciclo natural. Esto no solo encarece el agua, sino que también reduce su disponibilidad para otros usos esenciales.
Además, la salud humana se ve gravemente afectada, ya que los compuestos orgánicos volátiles liberados durante la evaporación de los residuos contaminan el aire, dando lugar a problemas como el asma, la presión arterial alta, el cáncer y otros trastornos. El fracking también se relaciona con la emisión de radón, un gas radiactivo que puede causar cáncer de pulmón y que afecta especialmente a las áreas cercanas a las instalaciones de este proceso.
Por último, el fracking ha sido responsable de provocar terremotos en regiones geológicamente estables. Los movimientos en las fallas antes inactivas son atribuibles a la inyección de aguas residuales en pozos específicos. También, debido a las fugas de metano, el fracking puede contribuir al calentamiento global, lo que lo hace aún más perjudicial para el medio ambiente.
A pesar de los graves riesgos involucrados, el poderoso atractivo financiero del fracking sigue influyendo en que muchos gobiernos aún permitan su expansión sin tener en cuenta las consecuencias para la salud de las comunidades locales y el medio ambiente . Este cuestionable balance entre ganancias económicas y consecuencias negativas plantea preguntas urgentes sobre la viabilidad a largo plazo de esta controvertida práctica.