La Amazonía ha perdido parte su vegetación natural
La transformación de sus hectáreas y el cambio climático son los dos factores de esta significativa y preocupante pérdida.
En los últimos 37 años, la Amazonía ha perdido casi el 10% de su vegetación natural. Ello debido a que, en el transcurso del tiempo, sus grandes hectáreas se han transformado en áreas antrópicas como pastizales, cultivos, minería o áreas urbanas. Y el cambio climático no se queda atrás.
En 1985, solo el 6%, alrededor de 50 millones de hectáreas de la Amazonía, se había perdido; pero en 2021, esta superficie se triplicó alcanzando el 15%, casi 125 millones de hectáreas de toda la región.
Cabe señalar que la magnitud de la pérdida de su vegetación natural varía de un país a otro. Por ejemplo: en Surinam, Guyana y Guayana Francesa se registra un 1.6%, mientras que en Brasil un 19%.
Según expertos, estas cifras están muy cerca del punto de inflexión, por lo que si continúa esta tendencia, verificada por MapBiomas Amazonía, el bioma alcanzará el punto de no retorno, afectando de manera irreversible sus servicios ecosistémicos, e incluso podría convertirse en una sabana.
Punto aparte, los glaciares de los Andes amazónicos que abastecen de agua y alimentan los manantiales de los grandes ríos de la región, perdieron el 46% de su hielo en el mismo periodo.
Todos estos datos son el resultado de la Colección 4.0 de MapBiomas Amazonía, realizada entre la RAISG (Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada) y la Red MapBiomas.
"La Colección MapBiomas Amazonía 4.0 es invaluable para comprender la dinámica del uso de los recursos naturales en la región, además de contribuir para la modelación climática y el cálculo de emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero por cambios en el uso del suelo en la región", señala Tasso Azevedo, coordinador general de MapBiomas.
Por su parte, Beto Ricardo, coordinador general de RAISG destaca que: “publicar la Colección 4.0 de MapBiomas Amazonía nos permite contribuir al monitoreo de la región con una visión integral, ayudándonos a construir y plantear estrategias de conservación más precisas con propuestas e información política compartida entre otros países, así como aspectos socioambientales de gran importancia”.
En conclusión, las pérdidas de esta importante parte del ecosistema han sido enormes e irreversibles. Pero a partir del estudio, se enciende la luz verde en el tema y se pone como carácter de urgencia la necesidad de una acción internacional integrada.