Microorganismos: una fuente de energía renovable
Aunque se encuentra en desarrollo, esta tecnología podría resolver problemas de suministro eléctrico, especialmente en regiones remotas.
Durante más de un siglo, los científicos han investigado la capacidad de los microorganismos, los diminutos habitantes de nuestro planeta, para generar energía que no esté destinada a sus actividades naturales. Esta metamorfosis es conocida como un sistema bioelectroquímico y podría convertirse en una fuente vital de energía renovable, según expertos en el campo.
Una de las manifestaciones más notables de estos sistemas bioelectroquímicos se materializa en las celdas de combustible microbianas (CCM), cuya estructura comprende una cámara anódica (electrodo negativo) y otra catódica (electrodo positivo).
En esencia, los microorganismos descomponen materias orgánicas o inorgánicas en la cámara del año para generar electrones. Estos electrones fluyen desde el ánodo al cátodo a través de un circuito externo construido con materiales conductores, como cables de cobre, dando origen a la generación de electricidad.
Investigaciones actuales sobre celdas de combustible microbianas se orientan hacia la producción de energía renovable a gran escala y en contextos comerciales en distintos países. Las prácticas de aplicación varían desde el tratamiento de residuos en una cervecería en Harbin, China, hasta la purificación de agua en un lago en Icapuí, Brasil.
En estas situaciones, los CCM operan eficazmente para generar electricidad sin requerir fuentes de alimentación externas, lo que naturalmente reduce los costos. Empresas como EcoVolt de Cambrian Innovation y VIVA MFC de MICROrganic Technologies en EE.UU. UU., así como Prongineer en Canadá y Plant-e en los Países Bajos, se han destacado en la aplicación comercial de esta tecnología.
Incluso la NASA adoptó estas celdas desde 2006, colaborando con Cambrian Innovation para desarrollar una CCM capaz de transformar el dióxido de carbono en oxígeno, agua y metano dentro de naves espaciales.
No obstante, a pesar de los logros, la eficiencia y productividad de las CCM a escala comercial requieren mayor investigación y refinamiento. En caso de éxito, esta tecnología podría resolver problemas de suministro eléctrico, especialmente en regiones remotas, reduciendo así la dependencia de combustibles fósiles para satisfacer nuestras necesidades energéticas.