
México pierde 150 mil hectáreas de manglares por intervenciones extranjeras
La devastación de miles de hectáreas de manglares en México, impulsada por construcciones ilegales, alerta sobre la urgencia de proteger estos ecosistemas clave para el clima y la biodiversidad.

En los últimos años, México ha enfrentado una alarmante pérdida de 150 mil hectáreas de manglares, ecosistemas vitales para la biodiversidad y la mitigación del cambio climático. Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), denunció que gran parte de esta destrucción ha sido impulsada por intereses extranjeros, especialmente en zonas costeras como Yucatán, donde se han devastado 23 mil metros cuadrados para la construcción de viviendas.
La titular de SEMARNAT enfatizó que la tala de manglares es un delito federal, sin importar la propiedad del terreno. Actualmente, se lleva a cabo una investigación en colaboración con la Fiscalía General de la República y autoridades locales para sancionar a quienes han utilizado motosierras y maquinaria pesada para invadir estas áreas protegidas. Bárcena advirtió que no se tolerará la impunidad en estos casos.
Yucatán, uno de los estados más afectados, ha perdido el 30% de sus bosques y manglares desde 2016. Ante esta crisis, se ha implementado un programa de reforestación que ya ha plantado 100 mil ejemplares de mangle, con el apoyo del gobierno estatal. Sin embargo, la magnitud del daño requiere esfuerzos continuos y una mayor vigilancia para evitar futuras invasiones.
México es el tercer país con mayor extensión de manglares a nivel mundial, con aproximadamente un millón de hectáreas. Estos ecosistemas no solo albergan una rica biodiversidad, sino que también protegen las costas de huracanes, filtran sedimentos y almacenan grandes cantidades de carbono, contribuyendo a la lucha contra el calentamiento global. Su preservación es crucial para la seguridad alimentaria y la resiliencia climática del país.
A pesar de su importancia, los manglares enfrentan amenazas crecientes debido al desarrollo urbano y turístico no regulado. Organismos como la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) han destacado la urgencia de proteger estas áreas, que representan el 6% de los manglares a nivel global. La conciencia pública y la acción gubernamental son clave para revertir esta tendencia destructiva.