España convierte huesos de aceituna en biocombustible innovador
Producen combustible sostenible para hogares, industria y aviación con desecho agrícola
España ha revolucionado el uso de los huesos de aceituna, transformándolos en una fuente de energía renovable para diversos sectores. Los productores de aceite de oliva, quienes generan la mitad del total de la Unión Europea, han hallado la forma de aprovechar este subproducto agrícola para producir biocombustibles que calientan hogares, alimentan industrias y hasta impulsan aviones.
Este avance no solo optimiza el uso de las aceitunas, sino que también responde a la creciente demanda de combustibles sostenibles, impulsada por la crisis energética que se agravó tras la invasión rusa de Ucrania. Los huesos, que representan entre el 8% y el 10% del peso de una cosecha de aceitunas, son procesados para crear pellets energéticos similares a los de madera, usados en estufas y calderas.
La Asociación Española de Biomasa (Avebiom) estima que en España se generan aproximadamente 400 mil toneladas de huesos de aceituna al año, los cuales antes eran un residuo problemático. Sin embargo, hoy en día se aprovechan por completo, como explica Pablo Rodero, miembro de Avebiom: "Las aceitunas son como los cerdos, no se desperdicia nada".
Este biocombustible, refinado para reducir su humedad, se vende a unos 300 euros la tonelada, un coste competitivo frente a los combustibles fósiles, representando alrededor de 6 céntimos por kilovatio-hora para calefacción doméstica. Además, parte de los huesos se emplean en almazaras para generar la energía que requieren los molinos de aceitunas.
La industria aeronáutica también ha encontrado en este subproducto una fuente de energía. Cepsa, la petrolera española, utiliza huesos de aceituna en su mezcla de combustible sostenible para aviación, que en 2023 impulsó más de 200 vuelos desde Sevilla. Estos avances posicionan a España como líder en biocombustibles, con una alternativa más ecológica y rentable frente a los combustibles tradicionales.
Con esta innovación, los productores de aceite de oliva no solo están contribuyendo a la economía circular, sino que también están ayudando a reducir la huella de carbono en sectores clave, haciendo del hueso de aceituna un recurso valioso y sostenible.