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Planeta en Verde
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El impuesto al carbono impulsa una transición energética más verde

Expertos sugieren que el impuesto al carbono estimula la adopción de energías limpias y puede reducir notablemente las emisiones de gases de efecto invernadero a largo plazo.

El impuesto al carbono impulsa una transición energética más verde
El impuesto al carbono impulsa una transición energética más verde

En el contexto actual de crisis climática, la urgencia de reducir las emisiones de carbono se ha convertido en una prioridad global. Aunque la transición a energías renovables es esencial, las emisiones siguen aumentando. Para enfrentar este desafío, una medida clave que se ha implementado es el impuesto al carbono, que establece un precio por cada tonelada de gases de efecto invernadero emitida.

Los mercados de créditos de carbono han surgido como una solución que permite a sectores como el forestal y el agrario vender el carbono que absorben sus ecosistemas. Empresas que buscan compensar sus emisiones pueden financiar proyectos de sostenibilidad, como la agricultura ecológica, para contrarrestar su huella de carbono.

Sin embargo, críticos argumentan que estos mecanismos pueden ser insuficientes si las grandes emisoras continúan contaminando en otros ámbitos mientras compensan en ciertos lugares, lo que plantea dudas sobre la efectividad real de estas prácticas.

A pesar de las críticas, el impuesto al carbono presenta un enfoque prometedor. En Estados Unidos, se estima que un impuesto de $25 por tonelada métrica de CO2 podría reducir las emisiones en un 11% para 2028 y generar $1 billón de dólares en ingresos. Estos fondos podrían utilizarse para compensar los costos de energía para familias de bajos ingresos, financiar infraestructura para energías limpias y apoyar adaptaciones al cambio climático. Sin embargo, para que esta medida sea efectiva, debe ir acompañada de programas que mitiguen el impacto del aumento en el costo de los combustibles fósiles en los ciudadanos.

A nivel global, más de 40 gobiernos han adoptado impuestos al carbono con diversos niveles de éxito. Ejemplos como el Reino Unido y Suecia muestran reducciones significativas en las emisiones, mientras que, en Australia, la resistencia al aumento de costos llevó a la derogación del impuesto. Al abordar el costo oculto de las emisiones de carbono y complementarlo con políticas de eficiencia e innovación, esta estrategia tiene el potencial de conducir a un futuro más limpio y sostenible.