76% de la ropa donada a marcas de moda no se recicla
Un estudio revela la mayoría de las prendas donadas a programas de reciclaje y reutilización de grandes marcas terminan destruidas, en vertederos o exportadas, evidenciando fallos sistémicos en el manejo de residuos textiles.
En un contexto de creciente preocupación ambiental, una investigación realizada por Changing Markets Foundation pone en duda la efectividad de los programas de reciclaje y reutilización de grandes cadenas de moda como H&M, Zara, Primark y otras. El estudio, que rastreó 21 prendas mediante dispositivos GPS, descubrió que solo cinco de ellas terminaron en tiendas de segunda mano en Europa, mientras que el 76% fue destruido, exportado a países en vías de desarrollo o quedó en almacenamiento indefinido.
A pesar de las campañas que promueven un consumo más consciente, como "Cierra el círculo" de H&M, las promesas de estas iniciativas contrastan con la realidad. Las prendas, muchas de ellas en buen estado, son recicladas a productos de baja calidad, incineradas o enviadas a regiones que carecen de la infraestructura necesaria para gestionar grandes volúmenes de residuos textiles. Esto perpetúa un modelo de moda rápida que genera 16 kilos de residuos textiles por persona al año en Europ.
El informe también destaca cómo estos programas fomentan el consumo ofreciendo descuentos a quienes donan ropa, incentivando la compra de más productos en lugar de atacar la raíz del problema: la sobreproducción y la falta de transparencia en la gestión de residuos. Además, marcas clave no documentan públicamente el destino final de las prendas, delegando esta responsabilidad a empresas subcontratadas con dudosas prácticas de sostenibilidad.
Ante esta crisis, la Unión Europea ha comenzado a legislar a favor de un sistema de producción más circular, estableciendo tasas por residuos textiles y promoviendo objetivos de reciclaje y reutilización. Sin embargo, los activistas insisten en la necesidad de medidas más estrictas, como impuestos a fibras sintéticas y normativas de diseño ecológico que incentivan la durabilidad y reciclabilidad de las prendas.
La investigación no solo evidencia fallos en la infraestructura actual, sino que llama a los consumidores a adoptar prácticas más responsables, como la compra de segunda mano, el alquiler de ropa o el uso prolongado de las prendas. Esta crisis subraya la urgencia de replantear el sistema de producción y consumo para que la moda sea realmente sostenible