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Planeta en Verde
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El impacto de los protectores solares en el medio ambiente

Los químicos de protectores solares contaminan océanos, afectan la vida marina y podrían ingresar a la cadena alimentaria humana.

El impacto de los protectores solares en el medio ambiente
El impacto de los protectores solares en el medio ambiente

Los compuestos químicos presentes en protectores solares y otros productos de cuidado personal están generando un creciente impacto en los ecosistemas marinos. Investigaciones recientes, como las publicadas en la revista Marine Pollution Bulletin, revelan que estas sustancias se acumulan en los océanos, afectando a especies marinas y, potencialmente, ingresando a la cadena alimentaria humana.

Se estima que entre 6 000 y 14 000 toneladas de estos químicos llegan anualmente a zonas de arrecifes de coral, lo que representa una amenaza significativa para la biodiversidad. Uno de los compuestos más preocupantes es la oxibenzona, un filtro UV orgánico que ha sido clasificado como tóxico y bioacumulable. Este químico, presente en muchos protectores solares, puede alterar el equilibrio hormonal de los organismos marinos. Aunque aún se desconocen los efectos completos de su impacto, estudios preliminares sugieren que su presencia en el agua podría ser más dañina de lo que se pensaba, especialmente en ecosistemas ya vulnerables.

La contaminación por estos químicos no se limita a áreas turísticas. Investigaciones han detectado su presencia en regiones remotas como la Antártida y el Ártico, lo que indica una distribución global. Además, los sistemas actuales de tratamiento de aguas residuales no son capaces de eliminar eficazmente estos compuestos, lo que agrava el problema. Métodos como la ozonización han demostrado ser insuficientes para reducir su toxicidad.

Otro aspecto alarmante es la bioacumulación de estos químicos en organismos marinos, lo que podría afectar a millones de personas que dependen del pescado como fuente principal de proteínas. Con más de 4 300 millones de personas consumiendo pescado regularmente, los científicos advierten sobre la necesidad de estudiar cómo estos contaminantes podrían estar ingresando a la dieta humana y qué efectos podrían tener a largo plazo.

Ante esta situación, los expertos urgen a ampliar la investigación sobre los filtros UV y su impacto en los ecosistemas marinos. También proponen desarrollar alternativas más seguras y evaluar la exposición crónica de las especies marinas a estos contaminantes. La comunidad científica insiste en que es crucial actuar con precaución para evitar que estos químicos agraven los problemas ambientales ya existentes en los océanos.